Aparecieron, y fue una sorpresa inmensa. Un regalo para quienes tenemos años trabajando en la conservación y el cuidado de las áreas de reserva. Creemos que encontraron su refugio allí, y la presencia de juveniles, habla de que se están reproduciendo. Ojalá elijan el lugar para quedarse, y desde allí repoblar otras zonas”, relató a época Marisi López, referente de relaciones públicas de Conservation Land Trust (CLT).
La noticia, la comunicaron técnicos de la organización, quienes avistaron a la bandada en una de sus recorridas por el campo. Los hallaron en un pajonal en la Reserva Carambola, próxima a la localidad de Concepción.
El tordo amarillo vive en los pastizales, asociados a bañados o cañadas, con agua permanente, lo que convierte a los Esteros del Iberá en un lugar ideal para que se establezcan poblaciones de esta especie.
Los últimos 600 ejemplares que quedan en la actualidad en Argentina, se distribuyen solo en la provincias de Entre Ríos y Corrientes, y están a merced de varias amenazas que han ido llevando a este ave a una alarmante situación: predadores que destruyen las puestas, tordos renegridos, que parasitan los nidos con sus huevos, captura ilegal de ejemplares para venta como aves de jaula, son algunos de los peligros a los que están expuestos.
Pero sin duda, la mayor amenaza es la modificación y destrucción, por parte del hombre, de los ambientes que el tordo amarillo requiere para sobrevivir.
“Que se haya podido observar este grupo de individuos en la Reserva Carambola es un dato esperanzador para la conservación del tordo amarillo”, afirmó la bióloga Florencia Pucheta, del CONICET y del Departamento de Conservación de Aves Argentinas. Por una parte, porque en el grupo había ejemplares juveniles y adultos (lo que indica el éxito reproductivo de la colonia en esta temporada de cría) y por otro lado, es positivo que el avistaje se haya producido dentro de esta área protegida, en la que se vienen conservando sus ambientes naturales desde hace unos 20 años.
Carambola, junto con otros campos anteriormente ganaderos de Iberá, forma parte de una estrategia de conservación/restauración de ambientes y especies en 150.000 hectáreas que CLT está donando al Estado Argentino de modo progresivo, para crear el nuevo del Parque Nacional Iberá.
Esta superficie, unida a las 550.000 ha. del Parque Provincial del mismo nombre, van a conformar a perpetuidad, el mayor área protegida con ambientes óptimos para esta y otras especies amenazadas. De hecho, hay que destacar que hace tan solo unas semanas, se liberaba en este mismo campo, el primer ejemplar de una nueva población de oso hormiguero (la tercera de esta especie en Iberá).
Más allá de la importancia de proteger a las especies amenazadas, la presencia del tordo amarillo y de muchas otros ejemplares emblemáticos en los Esteros del Iberá, algunos de los cuales han regresado después de haberse extinguido, convierten al humedal correntino en un destino ecoturístico de avistaje de fauna de primer orden mundial.
Fuente diario epoca