Catarsis de Fin de Año

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Estamos con la Navidad y el Nuevo Año que nos pisan los talones, para muchos, son fechas de suma alegría, felicidad y euforia, para otros implica tristeza, crisis y conflictos en puerta, conjugados con recuerdos y pensamientos que se enlazan a la soledad.

Son fechas de catarsis emocional y conductual; las personas se vuelven más impulsivas a nivel emocional y comportamental; observándose un desborde y una desorganización que acrecienta el malestar y las tensiones internas. Realmente es una fecha para tomárselo con calma, entender que se está sujeto a mandatos sociales de consumismo, de que debe existir la unión y la paz – “aunque sea a modo de acting”, y que la tranquilidad reine en todas las casas; lo cual resulta difícil, más no imposible.

¿Y si uno se despoja de esos mandatos?, ¿y si se experimenta estas fechas de acuerdo a las capacidades, a lo que esté dentro de las posibilidades de uno?, si se logra comprender esto, la experiencia de las fiestas de fin de año será otra, no hay que condicionarse a los mensajes del medio; lo importante, es hacer un balance objetivo de todo lo vivido, destacando todos los logros obtenidos en este tiempo, resaltar lo positivo y ver con optimismo lo que vendrá. No caer en culpas, reproches o remordimientos, entendiendo de que de los errores siempre se aprende; ya que más allá de los resultados hay que ser bondadoso con uno mismo; pues lo hecho, hecho está, y de nada sirve castigarse. Por el contrario, si hay algo que no ha resultado como se esperaba, se debe poner énfasis en lo que hay que corregir y transformarlo en un impulso para hacerlo mejor el año que vendrá.

Así también, es bueno practicar el perdón, la reconciliación; y eso parte, desde uno mismo, primero saber tolerarse, conocer las limitaciones de uno mismo y perdonarse. Si no se hace con uno mismo, es imposible perdonar al otro. Estas fechas son importantes para ejercitar la reconciliación, sanar heridas y cerrar ciclos, lo cual permite vivir livianamente; pero hay que ser conscientes, de que el perdón es acción, es reparar, no es reprochar. Si se cae en el reproche continuo, no se ha perdonado; al perdón hay que sentirlo, hay que vivirlo.

Que estas fechas no te ganen, entiende que los logros requieren de trabajo, paciencia y tiempo.
Fuente diario el territorio