Al no tener salida a los mercados urbanos, y no poder sus costos de producción la situación se ha vuelto desesperante. Como salida alternativa y no desperdiciar las frutas, harán una movida comercial y mediática a la vez de recuperar algo lo invertido, auqnue no son optimistas.
«No entendemos cómo puede valer 100 pesos el kilo en la ciudad, en las verdulerías, cuando a nosotros nos pagan 400 pesos el cajón de 25 kg», se quejó Miguel Tomasella, un productor que dice tener 72 cajones sin poder vender, ya madurados para el consumo. «Alguien se queda con lo que trabajamos, los intermediarios o los especualdores, asi no compra nadie, y nosotros nos quedamos con el riesgo de llegar a no poder producir».
Además denunciaron que no hay personal para realizar los trabajos de cosecha, aún con todos los beneficios sociales que corresponden de un trabajador en blanco, la respuesta para conseguir mano de obra es nula.
