En el día de ayer se conoció la noticia que impactó al mundo del deporte y en particular a los argentinos: el fallecimiento de Diego Armando Maradona. Un hombre que aún con sus errores y equivocaciones, fue capaz de hacer sonreír a un país entero y llenar de esperanzas a nuestros corazones.
El gobierno Nacional decretó 3 días de duelo nacional y ofreció la Casa Rosada para que Maradona sea despedido allí.
A pesar de que algunas restricciones todavía siguen vigentes como por ejemplo las clases, las reuniones sociales en espacios cerrados y los velatorios, el gobierno esperó que se acerquen al menos, un millón de personas, habilitó aeropuertos para la prensa exterior, sin ningún tipo de control alguno, es decir, sin hisopados y sin cuarentena.
Miles de personas están en las calles, aglomeradas y sin respeto alguno de ningún protocolo sanitario y con el total apoyo del gobierno nacional que, pese de haber sido crítico durante todo el año de las aglomeraciones en marchas, incluso con Cafiero pidiendo perdón a los médicos, ahora parece haberse olvidado de estas cosas, y vemos como en diferentes estadios de fútbol y calles de la Ciudad, la gente se aglomeró sin barbijo sin distancia, y sin que el gobierno diga algo como hizo en ocasiones anteriores.
También observamos el trato desigual ante la ley. Mientras cientos de personas no pudieron dar el último adiós a sus familiares con la excusa del Covid-19, hoy vale todo para despedir a este «Icono del fútbol mundial». (ciudadanos de primera).
¿Que enseñanzas les dejamos a nuestros hijos en pleno siglo XXI?
Como una especie de adoctrinamiento social, todo aquel que coincidente con una determinada ideología política es venerado por la sociedad pero aquél que no coincida, es olvidado rápidamente. Con esto recordamos la muerte de Cacho Castaña, a quien un determinado medio (…) lo condenó al «olvido» por haberse expresado libremente y no compartir su punto de vista con esa determinada ideología. (ciudadanos de segunda).

Con esta forma de pensar llegamos a amnistiar todas las aberraciones permitidas por el gobierno durante la pandemia como las más de 92 muertes a manos de fuerzas estatales (CORREPI), la liberación de violadores, abandono de personas entre otros. Se cayó la máscaras de las feministas que callaron ante los abusos del sistema que no escucha a las mujeres víctimas de violencia, feministas que se ocultaron en el silencio cuando miles de violadores eran liberados en las calles sin control alguno. La pregunta sería, ¿qué hubiera pasado si esto sucedía en otro gobierno de ideologías diferentes? ¿porqué nos dejamos condicionar tan fácilmente? acaso ¿no somos capaces de distinguir qué está bien y qué está mal?.
Otra vez comienza a resaltar la verdadera grieta y es entre una sociedad adoctrinada por una ideología política que cree tener privilegios y la otra que trata de sobrevivir.
Hoy vemos en casa Rosada a nuestro ídolo, ídolo de todos los tiempos, al número diez encerrado en un féretro que lo contendrá por siempre. Fue el mejor deportista del mundo y hoy será carnada para todos los medios de turno que lo utilizarán para mantenerte iluso ante la real problemática de un país que contiene ciudadanos de primera y ciudadanos de segunda.
G.G.