Tal como estaba previsto, este sábado 10 de octubre, el Vaticano beatificó a Carlo Acutis, un adolescente que falleció a los 15 años, tras haber dedicado su corta vida a la Iglesia y la Eucaristía.
De la ceremonia, realizada en Asís, Italia, participaron más de 3 mil fieles que colmaron la pequeña ciudad italiana, pese a la pandemia por coronavirus. Además, otras miles de personas siguieron la ceremonia por streaming desde todo el mundo.
Su vida es un modelo particularmente para los jóvenes», destacó el cardenal Agostino Vallini, en este paso previo a la Santidad.
Acutis, nació en Londres, el 3 de mayo de 1991, y falleció el 12 de octubre de 2006, por padecer leucemia. Durante su corta vida, difundió y practicó el significado de la Eucaristía, a través del catecismo virtual y un proyecto que había desarrollado para poner online todo tipo de contenidos religiosos.
«Hoy nos admira y nos atrae especialmente la vida y el testimonio de Carlo Acutis, a quien la Iglesia reconoce como modelo y ejemplo de vida cristiana, proponiéndolo sobre todo a los jóvenes», agregó Vallini.
Minutos antes, los padres de Acutis habían llevado la reliquia hecha con el corazón del joven, que tuvo un tratamiento para permitir su conservación, y con una de sus frases grabada en el gabinete contenedor: «La Eucaristía es mi autopista al cielo».
Su vida es un modelo particularmente para los jóvenes», destacó el cardenal Agostino Vallini, en este paso previo a la Santidad.
Acutis, nació en Londres, el 3 de mayo de 1991, y falleció el 12 de octubre de 2006, por padecer leucemia. Durante su corta vida, difundió y practicó el significado de la Eucaristía, a través del catecismo virtual y un proyecto que había desarrollado para poner online todo tipo de contenidos religiosos.
«Hoy nos admira y nos atrae especialmente la vida y el testimonio de Carlo Acutis, a quien la Iglesia reconoce como modelo y ejemplo de vida cristiana, proponiéndolo sobre todo a los jóvenes», agregó Vallini.
Minutos antes, los padres de Acutis habían llevado la reliquia hecha con el corazón del joven, que tuvo un tratamiento para permitir su conservación, y con una de sus frases grabada en el gabinete contenedor: «La Eucaristía es mi autopista al cielo».