En mayo de 2014 lo detuvieron junto a otros dos efectivos y dos hombres de nacionalidad boliviana. Desde Salta querían llegar hasta Buenos Aires en automóviles con el cargamento valuado en varios millones. La Justicia lo sentenció a cumplir 7 años y medio de cárcel.
Un gendarme oriundo de la provincia de Corrientes fue condenado a 7 años y medio de prisión en la provincia de Formosa, donde resultó detenido cuando traficaba 150 kilos de cocaína de máxima pureza.
La sentencia, dictaminada la semana pasada por el Tribunal Oral Federal de Formosa, recae sobre Facundo Rafael Martínez, de 30 años, quien hasta el momento del fallo revestía el rango de cabo en la fuerza de seguridad.
Todas las pruebas recolectadas en la etapa de investigación llevaron a encontrar culpable a Martínez, nacido en la localidad de Curuzú Cuatiá, en los delitos tipificados como autor del transporte de sustancias estupefacientes, agravado por el número de intervinientes y por la condición de funcionario público.
En el proceso también las autoridades del TOP decidieron sancionar económicamente al narcotraficante. Debió abonar la suma de 7 mil pesos. De acuerdo al cómputo de pena el tiempo restante tras las rejas deberá cumplirlo en una cárcel Federal.
El ilícito cometido por el gendarme correntino fue descubierto el 3 de mayo de 2014, cuando efectivos del Escuadrón 19 de Gendarmería Nacional realizaban un control de rutina sobre la ruta número 81, en la localidad de Ingeniero Juárez.
Durante tal procedimiento, a 480 kilómetros al oeste de Formosa, lograron secuestrar un total de 150 kilos de clorhidrato de cocaína y detuvieron a tres efectivos de la misma fuerza de seguridad con funciones en Buenos Aires. También apresaron a dos personas de nacionalidad boliviana que intentaban llevar el cargamento, procedentes de Salta, a la provincia de Buenos Aires como destino final.
Los gendarmes que controlaban la ruta vieron pasar un Ford Focus que era conducido por un camarada, quien estaba acompañado por dos bolivianos residentes en Buenos Aires. Tras superar el control, llegó detrás de ellos un Volkswagen Fox en el que viajaban otros dos efectivos de la Gendarmería, entre ellos el correntino.
Sospechosa coincidencia
Ese detalle movilizó al personal de control caminero. Pareció muy sospechosa la “coincidencia”. Entonces resolvieron efectuar una requisa minuciosa del vehículo al advertir que sus ocupantes se mostraban exageradamente ansiosos y nerviosos.
En el Fox hallaron mochilas, indumentaria y otros elementos correspondientes a la Gendarmería, pertenecientes a los ocupantes del auto que viajaban vestidos de civil.
A medida que avanzaba la requisa fueron encontrados decenas de paquetes. Al ser abiertos, se determinó que contenían 150 kilos de cocaína de máxima pureza.
La jueza federal Zunilda Niremperger dispuso de inmediato el secuestro de la carga, del vehículo y la detención de los dos gendarmes.
A la vez, dispuso un amplio procedimiento que permitió hallar en una estación de servicios de Juárez al gendarme que conducía el Focus y a los dos bolivianos que lo acompañaban, quienes al darse cuenta de que el plan salió mal ya estaban iniciando el regreso a Bolivia en un ómnibus de larga distancia.