Según el informe del Observatorio de las Violencias de Género “Ahora que sí nos ven”, hubo 233 femicidios registrados del 1° de enero al el 31 de agosto de este año. En 243 días, una mujer fue asesinada cada 27 horas y 148 niños y niñas se quedaron sin madre.
De este número, 200 fueron femicidios íntimos de mujeres; 10, femicidios vinculados de mujeres y/o niñas y otros 13 también vinculados de varones y/o niños. 78 de ellas tenían entre 21 y 40 años.
Además, se señaló que el 24% fueron asesinadas por su propia pareja, el 21% por su expareja, el 14% por algún familiar, el 7% por conocidos, el 3% por desconocidos y del 13% restante no hay datos.
En ese sentido, el relevamiento descubre que el 65% de los hechos fueron en la casa de la víctima, el 30% en la vía pública, el 4% en la vivienda del agresor y sólo un 1% en lugares de trabajo de las mujeres, instituciones públicas u otros sitios.
La presidenta del Observatorio, Raquel Vivanco, sostuvo que en el 16 por ciento de los casos de este año, las mujeres asesinadas habían realizado denuncias previas contra sus agresores, “dejando en evidencia que el Estado no les garantizó protección ni acceso a la justicia”.
Eso marca un número de 37 víctimas que dieron conocimiento a las autoridades y 23 que tenían medidas dictadas por la Justicia.
Sólo en el mes de agosto, 27 mujeres fueron víctimas de femicidio. En Formosa hubo 3.
Formosa: nuestros casos y la importancia de recordarlos
Este año en la provincia se registraron 7 femicidios, 1 femicidio vinculado y 2 de formoseñas en otras provincias (uno aún no se confirmó, sería el de Sandra Palomo, la docente que mataron en Salta). En agosto fueron 3. Dos de ellos, en la misma semana.
El último fue el de Bibiana Sisuela, a quien su pareja, Héctor Javier Velazco, apuñaló el domingo durante las elecciones PASO en su casa de Palo Santo. Días antes, asesinaron a Mariana Escudero, la mujer de 41 años que sufría hipoacusia y encontraron sin vida en la estación de servicio abandonada.
A principios de agosto ocurrió el tercero del mes: femicidio vinculado. Un hombre de 20 años apuñaló a Ariel Insfrán, la actual pareja de su exnovia, también en Palo Santo.
Berta El Gandur, referente de la Comisión contra la Violencia de Género y #NiUnaMenos del Colectivo de Mujeres, Lesbianas y Trans de Formosa, dijo a La Mañana que no se deben olvidar estas historias, porque “la memoria es política” y “cada uno de esos hechos nos atraviesa a nosotras como mujeres, pero también a la sociedad toda”.
Femicidios en Formosa 2019
- Rosa Rodríguez, Formosa Capital, Marzo.
- Lucía Barrios, El Espinillo, Abril.
- Ramona Encina, Villafañe, Abril (mismo día que el de Lucía Barrios).
- Sandra Marilina, Quilmes, Buenos Aires, Abril.
- Daiana Samana, Formosa Capital, Junio.
- Marianela Lanoza, Colonia Jesús María, Ríos Muerto, Junio.
- Ariel Insfrán, Palo Santo, Agosto.
- Esther Escudero, Formosa Capital, Agosto.
- Bibiana Noemí Sisuela, Palo Santo, Agosto.
“Cuando nosotras bajamos la guardia, nos acostumbramos, naturalizamos y eso no puede suceder, en ningún tipo de violencia: ni simbólica, psicológica, emocional, sexual, física, ni en femicidios”, aseguró El Gandur.
Y agregó que “esto nos tiene que llevar a tener presente que existe un modo de concebir las relaciones vinculares que sostienen este tipo de violencias; y ese modo es el patriarcado. Debemos construir otras maneras de ser”.
En ese sentido, se refirió a las herramientas que existen y se deben implementar mientras se da el cambio de paradigma necesario para la erradicación de las violencias de género. Se refirió a la aplicación eficaz de políticas destinadas a prevenir y terminar con la violencia: y en caso de que ocurra, se haga justicia.
“Una de ellas es la educación sexual de los niños, niñas y adolescentes, para cuidarse, para decidir, para aprender a decir no, para tomar decisiones de cuándo ser madre o padre y también para aprender a vincularse saludablemente”, explicó la militante.
Otra cuestión que señaló fue el acceso efectivo de las víctimas a la Justicia en todo el territorio provincial y pidió la apertura de oficinas de violencia intrafamiliar y Centros de Salud que “estén cerca de las mujeres en todo el interior”.
También la adhesión de la Ley Micaela, “para que los funcionarios se capaciten en este tema, implementen, elaboren y produzcan políticas al respecto”.
“Estas violencias no tienen que ver sólo con la desigualdad del machismo, porque de alguna manera son violencias que también padecen los hombres, en el sentido de que responden a un mandato de masculinidad, como dice Rita Segato. Entonces volvemos a esa necesidad de acabar con el patriarcado, que es el sistema de todas las opresiones, discriminaciones y violencias que vive la humanidad y la naturaleza, y ha sido construido históricamente sobre el cuerpo de las mujeres”, finalizó El Gandur.