Hoy se cumplen 19 meses de la desaparición de Maira Benítez, quien la noche del 17 de diciembre de 2016 salió a dar unas vueltas por Villa Ángela y no volvió.
Maira, es madre de Brisa una niña de 4 años. El caso fue investigado como «desaparición forzada» y «privación ilegítima de la libertad» por la Justicia provincial.
Luego las fiscales de Villa Angela, Gisela Oñuk y Silvana Rinaldis se declararon incompetentes por considerar que Maira había sido víctima de una red de trata de personas, por lo que la causa fue al fuero federal. A comienzos de 2018, el expediente volvió a la Justicia provincial y el abogado Pablo Vianello asumió como representante de la querella, en este caso encabezada por Antonia Morán, madre de Maira.
Al asumir la querella, Vianello planteó que se trataba de un «femicidio» y orientó su defensa en torno a eso. Por eso, pidió nuevas pericias, rastrillajes y propuso nuevos testigos. Si bien los resultados de los mismos «fueron negativos» en el lote 11 donde trabajaba Rodrigo y en la ladrilleria”, la investigación ahora avanza hacia la elevación a juicio.
Pero antes de que la elevación a juicio se concrete, las fiscales Oñuk y Rinaldis deberán resolver dos cuestiones: Vianelo solicitó el cambio de calificación penal a «femicidio en concurso real con privación ilegítima de la libertad», ya que considera que Maira fue asesinada; además pidió que la madre de Rodrigo Silva – principal sospechoso- sea imputada de alguno de los parientes más cercanos como «colaboradores y partícipes necesarios del ocultamiento del cuerpo de Maira».
Hasta el momento, son tres las personas que están con prisión preventiva por su desaparición: Rodrigo Silva, Catalino Silva y Gabriel Cáceres. Además, están imputados como colaboradores Sergio Coria, Ramón Cáceres –ambos consiguieron el cese de prisión- y Belén Ledesma, que estuvo pocos días con prisión domiciliaria durante el comienzo de la investigación, pero levantada esa medida, quedó imputada de encubrimiento.
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