Se arrojó a la calle delante de un colectivo para forzar su traslado a Resistencia

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La masiva concurrencia a la playa Arazaty de gente proveniente de la capital chaqueña el domingo 8 de enero, provocó algunos desbordes al momento del regreso.

La tediosa espera en promedio de 3 horas para subir a una unidad del servicio Corrientes-Chaco, exasperó a algunos mostrando una conducta impaciente y en el límite de cometer un hecho violento de imprevisibles consecuencias.

Un pasajero permanece acostado en calle La Rioja a pocos metros de la Costanera impidiendo el avance del colectivo Corrientes-Chaco.

Mientras cientos de personas se mantenían en una larga fila para el ramal por Barranqueras y el directo, un hombre decidió realizar una maniobra temerosa. Al aproximarse un coche de los denominado articulados de la empresa Ataco Norte SA de Navarro Hnos., una persona se acostó en el pavimento imprevistamente por lo que el chofer debió realizar una brusca maniobra para frenar a tiempo.

Ocurrió alrededor de las 22.45 del domingo 8 de enero, en La Rioja a pocos metros de la avenida Costanera en la zona del puerto. Una mujer, a viva voz, increpó al conductor manifestando que era epiléptico y que necesitaba que lo trasladen a Resistencia. En esos momentos pasó otro muchacho, al parecer alcoholizado y también se acostó en la calle manifestando que lo hacía en solidaridad a la protesta. Intervinieron policías y lo retiraron. El colectivo siguió con el recorrido y se dirigió al sector de la avenida Costanera casi Tucumán para cargar pasajeros.

Finalmente, las tratativas llegaron a buen término. Permitieron al hombre y a la mujer que lo acompañaba subir a un colectivo y emprender el regreso a la capital chaqueña.

Poco recato

Hay preocupación entre choferes y algunos pasajeros por una situación que sucede con frecuencia. Los choferes llaman la atención a los muchachos que pretenden subir con el torso descubierto.  El infractor obedece. Pero, hay mujeres que no tienen recato con sus atuendos muy escotados o shorts muy cortos. Ni el chofer ni el inspector pueden hacer observaciones. Reciben insultos y para evitar lío prefieren callarse.

Temen que alguien alcoholizado o afectado por consumo de estupefacientes genere problemas con esas mujeres en la unidad, que circulada abarrotada de gente que no solo son de los que vinieron a la playa. Hay personas que cumplen distintas tareas laborales o por otros motivos se trasladaron a Corrientes. Además, siempre hay numerosos niños.

Sin prevención policial

En la zona donde tienen la parada los colectivos del servicio Corrientes-Chaco, Costanera casi Tucumán, no hay presencia policial. De vez cuando se arriman inspectores de la Dirección de Tránsito Municipal.

El año pasado un pasajero agredió a un chofer de la empresa Ataco SA. El conductor llamó la atención al muchacho que se adelantó en la fila y, muy alterado, fue hacia atrás del colectivo y luego regresó para arrojarle varios puñetazos al conductor, quien al quitarse el cinturón de seguridad para defenderse cayó y recibió una patada entre la nuca y la cabeza que lo inhabilitó para manejar varios meses. El agresor no quedó detenido. Intervino un policía y solo tomó unos datos.