De Marchi lideraba un grupo de tareas del ex regimiento de Infantería 9 “Coronel Pagola” de Corrientes. Se lo acusó, procesó y condenó por secuestro, torturas y delitos sexuales en el pabellón que actualmente, desde hace una tiempo ya, busca ser convertido en Espacio de Memoria.
Durante la última dictadura militar De Marchi fue apodado “el electricista” por su agilidad en el uso de la picana. Cumplió su actividad militar en el Regimiento 9 entre 1975 y 1977. Un sobreviviente, Ramón Villalba, declaró en juicio que bajo sus órdenes “fue trasladado a una zona rural, lugar en el que permaneció junto a otras personas, y en donde fue sometido a torturas con aplicación de corriente eléctrica, golpes de puño y golpes con palos”.
De Marchi, además, presidió la Sociedad Rural (SRA) de Corrientes entre 1989 y 2004.