Vacunaron, familiares, parientes, punteros, perros, gatos.
Eran 1.000 dosis las que llegaron el miércoles a Mburucuyá. Estaban destinadas a la población de riesgo, las edades predeterminadas por el Gobierno Provincial, y también para personal esencial. Una tanda debía ser distribuida en Manantiales. Pero el intendente Pablo Guastavino, junto a sus familiares y dirigentes partidarios, digitaron otra cosa. Primero vacunaron a sus parientes, después a punteros y amigos. Disimuladamente se iba seleccionando a quien inocular, aunque el ocultamiento no funcionó.
Hubo fotos y videos.
El celular es un arma peligrosa, y funciona a la perfección para el escrache. Aparecieron las quejas. No se respetó a las personas que tenían certificados médicos que determinaban comorbilidades.
La concejal de ECO Sonia Ramírez en su vehículo particular llevaba y traía gente de cualquier edad al polideportivo, donde se realizó la inmunización.
Convocaron a los policías para las 18:00 del miércoles para ser inoculados, y cuando llegaron a esa hora, les dijeron que no había más vacuna. Increíble.
Fuente diario 1588