En los últimos días se viralizó un video en el que se ve a María del Rosario Escobar entonando un chamamé a sus pacientes internados en el Hospital de Campaña de Corrientes. María del Rosario es kinesióloga y fue convocada el pasado octubre para trabajar en el hospital en donde se tratan los pacientes con covid positivo.
Pero su servicio no termina ahí, porque en el último tiempo sumó el canto a su terapia y, cada tanto, les entona un chamamé a sus pacientes internados, “desde que me convocaron estoy avocada a este hospital y con mi canto empecé, aparte de las terapias kinésicas, a aportar un granito de arena para levantar un poco el ánimo, y como vi que les gustaba a los pacientes, lo tomé como parte de la terapia para darle un poco más de cariño a los pacientes” contó en Radio Nordeste.
«Lo tomé como parte de la terapia para darle un poco más de cariño a los pacientes”
“Siento que es una caricia al alma de los pacientes” expresó María del Rosario, y contó que “me gusta hacerlo y siento que les gusta a ellos, a pesar de que les falta el oxigeno siento que también dan un sapucay como el que se sintió en el video que han viralizado, me emociona que con la sed de oxigeno que tienen han emitido un sapucay y eso me partió el corazón de emoción”.
«A pesar de que les falta el oxigeno siento que también dan un sapucay como el que se sintió en el video que han viralizado»
“Sé que el canto sana el alma, pasa conmigo que cuando estoy un poco desanimada me auto canto y me hace muy bien, entonces pensé por qué no entonar algo y que les levante el ánimo” expresó la profesional.
Por otro lado, contó cómo surgió esta iniciativa de sanarles un poco el alma a los pacientes con su voz, “en el hospital la idea surgió cuando estuve en una sala, un paciente me dijo que estaba medio desanimado y nos contó que le gustaba mucho el chamamé y escuchar el chamamé, y cuando le ofrecí para cantarle un chamamé se le abrieron los ojitos y así surgió que cante un chamame en esa sala, tengo un vozarrón y escuchó otra sala y de ahí me pedían en las distintas salas que les cante también a ellos”.
“Cuesta mucho cantar con este traje que nos ponemos, pero pongo todo de mí, me lleno de aire los pulmones y hago el esfuerzo sobre humano para hacerlo porque se que a ellos les hace bien”
Sin embargo, entonarles una canción acapella y a viva voz no es una tarea fácil, María del Rosario contó que “cuesta mucho cantar con este traje que nos ponemos, pero pongo todo de mí, me lleno de aire los pulmones y hago el esfuerzo sobre humano para hacerlo porque se que a ellos les hace bien”
“No siempre voy a la misma sala ni me tocan siempre los mismos días de guardia, y cuando saben que soy yo es como que están esperando el canto, desde ya que cada profesional tiene un don de algo, yo con el canto, pero cada uno hace algo para el paciente, además de mi servicio kinésico les doy mi caricia con el canto” contaba a Radio Nordeste la profesional.
Sin dudas los sentimientos desbordan para los profesionales de salud que están en la primera línea de batalla desde el principio de la pandemia, y que día a día siguen poniendo todo de ellos en la lucha contra este virus, María del Rosario contó que le pasó cuando llegó al hospital de campaña por primera vez, “sentí un terror como todos, cuando te hablan de Hospital de Campaña es pánico, pero ahora la verdad me encanta pertenecer a ese hospital, me encanta servir a ese Hospital, para mí es mi familia, no te digo que es hermoso estar en el hospital porque nadie quiere estar ahí como enfermo, pero pertenecer al plantel me encanta”.
Además contó qué siente cuando los pacientes reciben el alta o cuando sacan fuerza de donde no tienen para lanzar un sapucay “ver a los pacientes que puedan pegar un sapucay es hermoso porque ponen hasta lo que no tienen de fuerza para poder superarse, eso les anima y yo quiero seguir cantando”.
Por último, lamentó que “yo cuando canto no canto el tema completo porque no me da, me encantaría sentarme y cantar veinte temas pero no me da, cuesta mucho cantar con dos barbijos, la antiparra y la pantalla, ellos a veces me dicen “otra” y yo les digo que más tarde porque no me da y tampoco me puedo sacar para tomar aire, pero ver las caras de felicidad cuando les canto siento que es una caricia”.