A la hora 0 del viernes 9 de abril comenzó a regir el decreto 792, firmado por el gobernador Jorge Capitanich con las restricciones hasta las 24 del 30 de abril en el marco de la cuarentena para intentar frenar la segunda ola de coronavirus.
En consonancia con el último DNU del Presidente de la Nación: Alberto Fernández, en el Chaco están prohibidas las reuniones de todo tipo en ámbitos cerrados y las que se realicen al aire libre no podrán contar con más de 20 personas.
Pero, como bien se dice: “En casa de herrero, cuchillo de palo”, Capitanich violó las flamantes prohibiciones impuestas por él mismo, en la entrega de indumentaria a clubes en el Polideportivo Jaime Zapata y en la inauguración de pavimento en Villa Pegoraro.
Las decenas de decretos firmados fase tras fase eximen a los funcionarios públicos y a los periodistas de las restricciones horarias, pero nada dicen de la organización y la promoción de eventos no autorizados o directamente prohibidos por los mismos.
Por lo tanto, el Gobernador, sus funcionarios y los vecinos que participaron del evento violatorio del decreto 792/21, debieron recibir multas de entre 5 y 20 salarios mínimos. Y Secheep y Sameep debieron cortarles la luz y el agua hasta que paguen hasta el último centavo.
Todo esto, sin perjuicio de las imputaciones que podrían caberles por la aplicación de los artículos 202 y 205 del Código Penal, más los agravantes por su condición de funcionarios públicos.
FUENTE | Pescado Podrido