Un hospital a la deriva. Insólitas derivaciones de una publicación disparó llamados, fotos y videos del pésimo manejo del Hospital de Itatí. Desde la falta total de comida, a servir alimentos podridos y enterrar medicamentos en el patio trasero. Mientras tanto, muchos imaginan a gente desenterrando centenares de antibióticos, vías descartables, jeringas, sueros y otros cientos de dosis de todo tipo de remedios, vencidos.
No pocos sabían que los protocolos de sanidad y bioseguridad, del Ministerio de Salud Pública, avalaban esta forma de destruir medicamentos o insumos médicos. Algunos ocasionales testigos aseguran que “están ahí junto al Naranjero, que se encuentra detrás del hospital, junto al tejido perimetral y la nueva construcción para los tubos de Oxígeno”. Ojalá algún Fiscal o juez serio, quiera investigar, se escuchó.
Lo advirtió la madre de Orlando Moco Merlo, el joven asesinado de una puñalada en la madrugada del domingo 24 de enero. “La ambulancia demoró más de 35 minutos en llegar. No tenía combustible y cuando lo llevaron al hospital, no estaba ni el médico de guardia. Mi hijo se murió desangrado”, resumió. Quizás la herida que sufrió Orlando en el brutal ataque, ya lo había sentenciado a muerte. Pero no le dieron siquiera una oportunidad. Lo cierto, es que en las últimas 24 horas se han conocido denuncias de personas que prefieren el anonimato por temor y todos coinciden, entre otras acusaciones más fuertes, en la corrupción, abandono edilicio, maltrato al personal y una pésima administración de la conducción del hospital. Más aún cuando el director tiene “conexión directa” Salud Pública Provincial. No deja de llamar la atención, tanta pasividad Social.
MEDICAMENTOS ENTERRADOS
Lo que más inquieta, es -según dicen- observar miles de medicamentos vencidos y enterrados clandestinamente en el patio trasero. No solo es totalmente ilegal, sino que es inadecuada la forma en la que se deshicieron de los remedios. Teniendo en cuenta que se trata de material “peligroso” y debe ser manejado como desechos patológicos. Más raro aún, es que haya pasado desapercibido, ya que la orden habría venido directamente del director y las maniobras, las del entierro y quema de medicamentos e insumos vencidos, se realizan desde el año pasado, o más.
Es probables que el detonante de la falta de recursos para alimentar a los pacientes haya soltado la bronca escondida, pero allí, algunos advierten un delito gravísimo que, ojalá, no se siga encubriendo.
Fuentes: Facebook
Roberto Zorrilla
Fuente diario 1588