Las fotos por sí mismas son elocuentes. Fueron tomadas por el radiólogo Oscar Angel Sanz, fallecido el pasado domingo 15 de noviembre.
Unos días antes, en medio de una crisis de falta de oxígeno fue internado en el novel hospital improvisado en el ex Hogar Escuela. La misma noche en que nos hacíamos eco de su conviviente que era enviada por el Call Center a hisoparse a medianoche con síntomas debajo del Puente, él atinó a fotografiar los baños de varones y su estado, ante lo que no podía creer.
Olores nauseabundos, a pis y otros residuos humanos, moho y hongos en los mingitorios masculinos en el piso, cloacas que rebosaban e inodoros que no funcionaban, era el lugar adonde lo habían internado días antes.
Con sus pocas fuerzas pudo retratarlos y enviarlas a su conviviente. Fallecido éste, ella decidió ponerlas a la luz en las redes, para que dejen una enseñanza.
Es cierto, es un Hospital de Campaña y no se deben pretender lujos, pero el uso por parte de los pacientes es intensivo, y el sistema de limpieza que no da abasto, por poco lo transforma en la imagen más deprimente de un lugar que cualquiera se imagina debe ser de pulcritud.
No será el Instituto de Cardiología que brilla por todos lados. Es solo un hospital de internación masiva, y es lógico que todo colapse, empezando por el agotamiento y la insuficiencia del personal.
Pero es el lodo en el que hay que luchar, como el virus mismo.
Fuente norte