Esta semana se conoció el triste caso de un salteño que murió dentro de su departamento, cerca de la Terminal de Ómnibus, y su cuerpo quedó dentro algunos días hasta que lo descubrieron. Otro caso similar fue denunciado en las últimas horas. Esta vez se trata de un octogenario que vivía en un ranchito a un costado de ruta 26, en la zona sudeste.
«Nadie se hace cargo del muerto, hace siete día que el hombre murió y sigue sentado en la silla donde falleció. Su cadáver continúa en el mismo lugar». La denuncia la hizo un familiar de Bernardo Guanuco, de 80 años. No habría sido víctima de violencia, sino que falleció por muerte natural.
El hombre vivía solo, era «ermitaño», «hosco», no tenía amigos, solo una remisera que a veces lo visitaba para ver si necesitaba algo.
Fue la mujer quien hizo la denuncia a la Policía para que se llegue hasta el rancho de Don Bernardo. Así fue que al lugar arribaron oficiales de la Comisaría a 4º de Villa Mitre. Uno de ellos, cumpliendo todo el protocolo sanitario, ingresó a la vivienda y se encontró con el hombre muerto sentado en una silla.
En forma inmediata llamó para que el cadáver del hombre sea peritado (llegó un fiscal al lugar) y luego transportado por los bomberos hacia la morgue, informó El Tribuno.
En lugar ya se encontraba también un hermano del hombre fallecido. A él le hicieron firmar el acta de defunción. Una vez que puso su rubrica, las personas que habían llegado en la camioneta se fueron. El hombre, entonces, les preguntó: «¿Quién se va a llevar el cadáver de mi hermano?», y la respuesta fue: «No sabemos, nosotros hicimos nuestro trabajo», y se fueron.