El Parque Ecológico El Puma, en Candelaria, alberga a animales rescatados, muchas veces heridos por atropellos y por malos tratos que les propina el hombre al intentar tenerlos cautivos como mascotas, lejos de su hábitat natural. Tal el caso de un tucán que fue llevado a la reserva luego de ser rescatado con visibles muestras de maltrato.
El ejemplar está hace dos años en el parque y se lo tiene suelto porque está en un período de observación con la posibilidad de ser devuelto a la naturaleza a la que pertenece.
El Territorio dialogó con la directora del Parque, Marina Tasi, quien se refirió a la historia del animal tan llamativo: “Este tucán está suelto en el parque porque queremos ver la posibilidad de que vuelva a la naturaleza, que aprenda a buscar alimento por su propio medio, él está acostumbrado a que nosotros lo alimentemos y mientras eso ocurra no podemos largarlo a la buena de Dios. Ellos (por los animales rescatados) deben pasar por todo un proceso de adaptación y recuperación para llegar al punto de la liberación, por eso es que siempre tratamos de hacer hincapié en que la gente no tenga animales silvestres como mascotas, porque simplemente es un lugar al que no pertenecen”.
“Cuando pasa un tiempo y crecen, las personas no saben qué hacer con los animales porque se ponen agresivos, rompen las cosas de la casa y entonces se acuerdan del parque y nos entregan, pero deben saber todos que una vez que el animal que fue tenido de mascota no entra al parque hoy y mañana se lo libera, porque no están acostumbrados a la libertad. Lleva su tiempo de preparación para que cuando regresen, lo hagan preparados para sobrevivir y hay animales incluso que no pueden ser reinsertados en sus hábitats porque están tan humanizados que no están capacitados para la vida silvestre”, aseveró.
Sobre el tucán que está en recuperación, señaló: “Lo estamos adaptando para que vuelva a su lugar, él está demorando mucho porque se nota que fue muy maltratado, se nota cuando uno se acerca y él se pone a la defensiva”.
“Su recuperación es lenta -insistió-, pero lo bueno es que de a poco le están creciendo las alas, la cola y ya puede subir a árboles no muy grandes, se lo está observando y somos optimistas de que podrá volver a su casa natural”.
“Reserva, no zoológico”
Tasi, por otra parte, respondió a los planteos que hacen algunos visitantes, quienes cuestionan que hay sectores con pasto alto o arbustos: “El ambiente que necesitan los animales a los que se está preparando para volver a su lugar debe ser así, hay veces que ellos no tienen ganas de ver gente, mucho menos si fueron maltratados y necesitan de la vegetación para esconderse”.
“Es una reserva, no un zoológico, por lo que no podemos poner cemento, como sugieren algunas personas. El parque no está abandonado, está adaptado para que los animales se recuperen y regresen al monte, y cuando enfatizo en que no es un zoológico es porque noto que la gente confunde mucho”, aclaró.
La funcionaria explicó que la prioridad es que los animales sean liberados. “Cuando entre aquí había un poquito más de 200 animales, hoy quedan algo de 50, lo que significa que justamente se hace lo posible y más para que retomen su vida en la selva. A veces la gente se queja ‘¿por qué hay animales que no se liberan?’, y simplemente es que hubo quienes los han tenido de mascotas y están tan humanizados que si se los libera serán presa fácil de los predadores”.
Contó a modo de ejemplo: “Una carpincho que está aquí hace diez años tiene una historia tremenda, la criaron en la bañera de un departamento de Posadas, entonces ¿cómo la vamos a liberar?”.
“Con los animales que ya no pueden volver lo que hacemos es apuntar a la reproducción y esas crías sí liberarlas cuando están preparadas. Esa técnica se aplicó en los pecaríes, algunas aves, coatíes. Sabemos que hay mucho por mejorar pero el objetivo del parque es ese: rescate, recuperación y liberación”, aseveró.
Fuente el territorio