La Semana Mundial de la Prevención de las Cardiopatías Congénitas se conmemora del 7 al 14 de febrero. El objetivo de los especialistas es concientizar sobre una problemática que, si se diagnostica a tiempo, puede ser tratada y disminuir los efectos negativos en la salud.
Se calcula que en Argentina, cada año nacen entre 6 mil y 7 mil bebés con alguna cardiopatía congénita, es decir, malformaciones del corazón producidas durante la vida fetal (crecimiento y desarrollo del bebé en el vientre materno), consideradas el defecto congénito más común del mundo.
Esta población tiene un riesgo 4 a 5 veces mayor de hospitalización por infección por Virus Sincicial Respiratorio (VSR) respecto de los niños sanos, como también más riesgo de evolución grave y complicaciones por lo que prevenir las infecciones respiratorias es muy importante. Este agente infeccioso es el principal responsable de la bronquiolitis.
La coordinadora del Centro de Cardiopatías Congénitas, María Eugenia Olivetti, precisó a época que al Programa Nacional de Cardiopatías Congénitas (PNCC) se notifican 4.500 denuncias por año. De este total, un 25% se atienden en el Hospital Garrahan, donde la profesional se desempaña a diario.
Otro porcentaje importante se atiende en centros de referencia provinciales como el Instituto de Cardiología de Corrientes, ya que el programa trabaja en red a través de sitios de referencia en todas las provincias. En 2017 (último registro) se atendían unas 800 consultas por mes y llegaban a concertarse 150 intervenciones quirúrgicas en el centro de salud.
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El PNCC se encuentra desde 2008 bajo la órbita del Ministerio de Salud de la Nación y tiene el fin de garantizar la resolución quirúrgica a todos los niños y niñas del país que no tienen obra social.
Olivetti destacó que el Instituto de Cardiología “trabaja muy bien y obtiene muy buenos resultados”. Así graficó: “La institución empezó con intervenciones de mediana complejidad y hoy ya ofrece de alta complejidad”.
En la actualidad, la problemática está presente en casos como el menor de un año y siete meses del barrio Ongay que sufre broncoespamos y debe soportar cortes de energía que perjudican su estado de salud.
Sobre las causas de estos problemas en el funcionamiento del corazón, la especialista marcó que la mayoría son manifestaciones aisladas por lo que no hay una causa determinada. Aunque aconsejó que las mujeres que planeen tener un niño y se encuentren en la etapa fértil tengan una buena alimentación y consumo de acidó fólico (vitamina B9).
Se ha demostrado, a través de evidencia científica, que si la mujer consume ácido fólico en dosis adecuadas durante al menos tres meses antes de la concepción y tres meses después, el riesgo de que un bebé sea afectado por malformaciones disminuye hasta en un 75%.
Las cardiopatías congénitas son las malformaciones del corazón y de los grandes vasos. Estas pueden ser de estructura y de función, y se desarrollan intraútero, es decir, que el niño las tiene al nacimiento.
Algunas pueden ser malformaciones simples y otras muy complejas, requiriendo varias cirugías incluso dentro del primer año de vida. “A través de las intervenciones quirúrgicas y los tratamientos, las cardiopatías simples se pueden resolver. Mientras las más avanzadas pueden tener consecuencias residuales a lo largo de la vida de los pacientes. Pero con un efecto menor cuando se trata a tiempo”, explicó Olivetti.
Esta afección, que debilita el sistema cardiopulmonar de los bebés, los expone a contraer severas infecciones respiratorias por el virus sincicial respiratorio (VSR), virus influenza, neumococo, bordetella pertussis y otros agentes infecciosos que afectan a la población general y que se manifiestan a través de una neumonía o bronquiolitis.
Es por eso que, los bebés o niños con problemas del corazón e infecciones respiratorias pueden requerir más internaciones que las habituales.
La bronquiolitis, es una enfermedad respiratoria que afecta las vías aéreas inferiores o bronquiolos, es de fácil contagio y se transmite de persona a persona por el contacto directo con secreciones nasales. Representa un riesgo para la salud pública por el gran número de hospitalizaciones en los bebés de alto riesgo. “Los infantes de riesgo o la población más vulnerable a esta enfermedad son los niños con cardiopatías congénitas”, comentó Olivetti.
¿Cómo evidenciar esta problemática?
Las señales que evidencian una malformación en el corazón son el escaso crecimiento en talla y peso de los recién nacidos. Así también dificultades para alimentarse con normalidad.
Un color azulado de los labios es otro de los síntomas que evidencian problemas en el corazón.
Fuente epoca