El pasado 23 de diciembre se habilitó la cabecera brasileña del paso fronterizo Pepirí Guazú, también conocido como Paso Rosales, por el que pasaron más de 30.000 turistas hasta el momento, quienes eligen las playas de Brasil para vacacionar unos días. Sin embargo, el regreso puede tornarse una situación engorrosa y poco agradable.
En los últimos días, las quejas comenzaron a oírse por parte de personas que manifestaron irregularidades del lado brasileño. Este fue el caso de Leandro Kibisz, de Oberá, quien viajó con su familia a pasar unos días en el vecino país, pero la vuelta fue para el olvido, ya que tuvieron que hacer una fila kilométrica y esperar horas para poder volver a su hogar.
“Del lado argentino va rápido, Migraciones funciona bien, tiene mucho personal y en seguida pasan al lado brasileño. El problema es de ese lado, donde hay tres personas que pertenecen a la Fuerza Nacional de Segurança Pública, ni siquiera es la Policía Federal brasileña, mandaron a gente que no está capacitada para hacer este trabajo”, se quejó en diálogo con El Territorio.
En este sentido, detalló que “va muy lento, ponen una misma fila para las personas que entran al país y para los que salen de Brasil. En este caso, nosotros estábamos volviendo de las vacaciones y quisimos probar este paso para ahorrar algunos kilómetros, pero fue un grave error”.
A pesar de que eran los únicos que volvían, debieron esperar lo mismo que el resto. “Fueron tres horas al sol, hay un solo baño que está en pésimas condiciones, no hay infraestructura adecuada del lado brasilero”, comentó.
En este marco, recalcó que del lado argentino están separadas la entrada y la salida y que todo fluye rápidamente, pero del otro lado las filas son interminables, “directamente ocupaba todo el puente”.
Malestar
La situación generó cierto malestar entre las personas que estaban en la fila, ya que muchos de ellos eran mayores y también había madres con bebés. “La gente ahí estaba muy enojada, decían que en vez de esperar tantas horas hubieran ido hasta Bernardo de Irigoyen, Alba Posse o San Javier porque no rinde estar horas ahí por ahorrar unos kilómetros”, aseveró.
Ante de la pregunta de si habían intentado dialogar con el personal brasileño para obtener algún tipo de explicación, sostuvo: “Yo discutí con la autoridad brasileña que estaba en ese momento, le dije que no podía ser así y lo comparé con el servicio de Dionisio Cerqueira, donde está todo más organizado, pero se ve que no les interesa, me dijo que las cosas eran así y punto, no me dio ningún tipo de explicación”.
En su caso, Leandro fue acompañado de su madre y sus hermanos, “mi mamá es una persona grande y está operada así que se quedó adentro del auto con el aire encendido, por lo que además terminamos gastando mucho combustible”, concluyó.
En el lado argentino se habilitaron dos nuevas casillas y la incorporación de más agentes en el puesto de Gendarmería, lo que agiliza el tránsito y el control fronterizo de forma positiva. En ambas cabeceras el horario de atención es de 7 a 19.
Los vaivenes del paso internacional
El puesto para los turistas fue inaugurado en noviembre del 2018 y funcionó hasta el 26 de junio de 2019, cuando las ventanillas se cerraron a consecuencia del poco flujo de personas. El 23 de diciembre pasado se hizo efectiva la reinauguración para realizar el trámite migratorio en la margen brasileña del paso internacional.
Fuente el territorio