Yesica Carolina Gauto es cabo primero de mar de la Armada Argentina, es oriunda de Caá Catí y desde hace siete años integra esa fuerza. La joven hoy regresa del 48´ Viaje de Instrucción por el mundo a bordo de la fragata ARA “Libertad”, que partió el pasado 17 de agosto.
Es su segunda experiencia en recorrer los mares del ‘”globo” y en la previa a su arribó a Mar del Plata, narró su historia de vida y experiencias en esa fuerza nacional.
“Estar en la fragata es un sueño cumplido”, expresó la caacateña. Según sus propias palabras, en 2013, Yesica dejó de cursar el profesorado en Historia para ingresar a la Armada. Narró que desde su ciudad natal sintió curiosidad por la Institución al ver un folleto que tenía una persona, mientras viajaba en colectivo hacia el instituto terciario al que asistía.
Su primera reacción fue llamar a una de sus hermanas que vive en Ituzaingó, Buenos Aires, para preguntarle dónde quedaba la Delegación Naval y, sin perder tiempo, ese mismo día se acercó en busca de la información que necesitaba.
“En la oficina me explicaron todo, me dieron la documentación que tenía que presentar, los exámenes que debía rendir y a los días dejé el profesorado para inscribirme en la Armada”, recordó.
Para sorpresa de su familia, amigos y compañeros del instituto, rindió bien los exámenes e ingresó a la Escuela de Suboficiales de la Armada Argentina (ESSA), en busca de su independencia.
“Cuando me llamaron y me dieron la noticia le avisé a mi cuñada y a mi mamá, y se pusieron muy contentas, al igual que el resto de mi familia. No fue difícil prepararme ni alejarme de mi hogar porque estaba segura de mi decisión y todos me apoyaron. Tenía el buen presentimiento de que iba a ingresar‘”, contó a la publicación naval Mar Adentro.
Gauto se crió en el campo junto a sus abuelos Silvia y Esteban, a 25 kilómetros de la ciudad de Caá Catí. Ellos estuvieron presentes en la ceremonia de egreso y siempre han demostrado orgullo por sus logros.
“Mi familia es muy numerosa. Mi mamá es Miriam, pero desde chiquita me criaron mis abuelos, por lo tanto los hijos de mis abuelos, mis tíos, son para mi mis hermanos; más los hijos que tuvieron mis padres”, explicó.
En el campo finalizó la primaria, en la Escuela Nº 490 “Marcelino A. Elizondo”, y el secundario lo hizo en Corrientes, capital. “Mi hogar queda a tres horas de Capital y cuando me inscribí para hacer la secundaria me quedé en casa de uno de mis hermanos y los fines de semana regresaba al campo, aprovechando una beca económica que usaba para el transporte y las fotocopias”, enfatizó.
Cuando ingresó a la Armada y llegó el momento de viajar, se despidió de su familia y recorrió más de 1.500 kilómetros hasta la Base Naval Puerto Belgrano, ubicada al Sur de la provincia de Buenos Aires.
“El primer período en la ESSA no fue fácil, pero trataba de concentrarme y no extrañar, porque había momentos que a muchos los llevaron a abandonar, pero yo quería continuar y recibirme”, rememoró con nostalgia.
Cuando egresó con su especialidad asignada en Mar, fue destinada al destructor ARA “Sarandí” y luego estuvo en la lancha rápida ARA “Intrépida”. “En los ’buques grises’ se aprende de la especialidad y en las dos unidades de la Flota de Mar que estuve adquirí buenos conocimientos por parte de mis pares y suboficiales más antiguos”, comentó.
Respecto a su especialidad admite que le gusta y le resulta interesante. “Es un trabajo que requiere de gran fuerza dependiendo la actividad, pero a mi me gusta trabajar con herramientas, pintura y aprender de las maniobras. Hay mucho compañerismo y se comparten muchas cosas”.
Luego de los buques de guerra, a fines del 2017 llegó el pase a la fragata ARA “Libertad”, impensado para ella.
“El año pasado fue mi primer año a bordo de la fragata, me incorporé un mes más tarde que el resto, pero supe relacionarme muy bien con todos. Ese año me tocó desempeñarme en el pañol y fue un lugar donde aprendí bastante”.
Su segundo año a bordo del buque escuela, el año pasado, le dio nuevas herramientas. “Este año estuve más segura. Tengo la experiencia de a bordo y la nueva función que cumplí en la cubierta me dio más conocimientos en la especialidad y la posibilidad de ser gaviera del palo trinquete”, dijo con orgullo.
Países, culturas e idiosincrasias
Lo que más le gustó a Yesica de la fragata fue la posibilidad de conocer otros países y disfrutar de sus culturas. “Los puertos que más disfruté fueron España y Portugal; la cultura y el orden que tienen es fabuloso. Para mi estar en la fragata es un sueño cumplido y este viaje por Europa, es lo mejor que me pudo pasar; siento mucho orgullo personal”, concluyó la joven marina correntina.
Unas 17 mil millas náuticas y 16 puertos
El 48´ Viaje de Instrucción de la fragata ARA “Libertad”, en el que recorrió el mundo la protagonista de la historia de vida hoy difundida por época, estuvo al mando del capitán de Navío Juan Carlos Romay.
Llevó a bordo a 48 guardiamarinas en comisión de las promociones Nº 148 del Cuerpo Comando Escalafón Naval, la Nº 83 de Infantería de Marina y la Nº 104 del Cuerpo Profesional Escalafón Intendencia, quienes se sumaron a la dotación compuesta por una Plana Mayor de 26 oficiales y por 191 suboficiales, además de invitados especiales.
La fragata se convirtió en su casa, los compañeros de trabajo en miembros de la familia y la labor de todos los días, en el mar como escenario.
El itinerario previsto demandó alrededor de 17 mil millas náuticas en un recorrido por Salvador de Bahía (Brasil), Santa Cruz de Tenerife, Rota y Cádiz (España), Lisboa (Portugal), Brest (Francia), Amberes (Bélgica), Londres (Reino Unido), Dublin (Irlanda), Boston (EEUU), Miami (EEUU), Bridgetown (Barbados), Recife y Río de Janeiro Janeiro (Brasil) y Montevideo (Uruguay) para finalizar ayer en Mar del Plata.
Época