Desde hace meses el Río Paraná vive una histórica bajante de caudal que trae aparejado inconvenientes de navegabilidad y distribución de agua en la provincia.
Este lunes, la medida en la zona de Barranqueras se estancó en 1,83 metros, franja en la que se mantiene durante las últimas semanas imposibilitando el ingreso de barcazas a los puertos.
En primer término, las lluvias en la alta cuenca del Paraná y Paraguay que se preveían para octubre, pasaron después a noviembre y ahora se las pronostica para mediados de diciembre, según el informe del Instituto Nacional del Agua (INA).
En ese sentido, según informó el titular de la Administración Provincial del Agua, Francisco Zisuela, las lluvias en la cuenca del Río Iguazú darían un alivio la histórica bajante.
El informe de riesgo del SINAGIR destaca que al menos en los próximos días, en el Paraná persistirán las «aguas bajas» y «caudal menor al normal», así que algunas lluvias serán de ayuda en la zona.