En muy poco tiempo, Alondra ya se ha adaptado al nuevo corral: construyó una madriguera en el interior del monte, marca su territorio con frecuencia y pasa horas zambulléndose una y otra vez para pescar palometas y otros peces.
En los Esteros, al igual que en el resto del país, la nutria gigante se extinguió hace varias décadas debido a alteraciones de su hábitat y a la cacería para obtener su piel.
Este ejemplar fue donado por el Budapest Zoo de Hungría, y representa el primer paso del retorno de la especie a Iberá en un proyecto que lidera CLT junto al Gobierno de la Provincia de Corrientes y a la Administración de Parques Nacionales, y en el que colaboran SENASA, la Secretaría de Ambiente y las entidades internacionales que donan los animales.
El retorno del predador tope acuático está cada vez más cerca, y comienza en el Parque Nacional Iberá.
Fuente 21tv